jueves, 7 de enero de 2010

Ojos Azules, de Toni Morrison




Toni Morrison
Estados Unidos (Ohio, 1931) - Chloe Anthony Wofford

Escritora estadounidense, nació el 18 de febrero de 1931 en el seno de una familia muy pobre. Su nombre auténtico es Chloe Anthony Wofford, adoptando el apellido de su marido, un arquitecto con el que estuvo casada durante seis años. En 1964 comenzó a trabajar como editora literaria en la Editorial Random House de Nueva York, y como profesora de literatura en la univesidad de la misma ciudad.
Su primer libro, Ojos azules, se editó en 1970, cuando ya había cumplido los treinta y nueve años, una edad tardía para cualquier escritor. En la narrativa de este primer encuentro con el libro impreso narra la ilusión de una niña de color que quiere tener los ojos azules de la mayoría de las muñecas de las niñas blancas.
Su producción literaria es muy reducida, y en la mayoría de ellas el hilo conductor es el ensalzamiento de las mujeres negras; es una mujer afroamericana, combativa y luchadora de los derechos civiles y en contra de cualquier tipo de discriminación racial.Con Beloved, en 1988, recibió el Pulitzer de Novela y en 1993 el Premio Nobel de Literatura. Es miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras.
Sinopsis
“Todas la noches Pecola rezaba para poder tener ojos azules. En sus once años de vida nunca nadie se había fijado en ella. Pero con ojos azules,pensaba, todo sería diferente. Estaría tan guapa que su padres dejarian de pelearse.Su padre dejaría la bebida. Su hermano ya no volveria a escaparse de casa. Todo lo que deseaba era poder ser bonita. Que no daría por que la gente la mirase."
Ojos azules, la primera novela escrita por Toni Morrison (premio nobel de literatura 1993) narra la historia de una família negra que se muda a Ohio para escapar de la pobreza y la discriminación del sur.
La autora nos cuenta de forma entrecortada, con flashbaks y saltos en el tiempo, la miserable existencia de una família de imigrantes negros que llegan y se instalan en un suburbio, con todas la connotaciones racistas y condiciones de vida paupérrimas que ello conlleva. Un padre alcoholíco y violento da la puntilla a este cuadro ya siniestro de por sí.
Pero lo realmente hermoso de este libro es como percibe esta realidad la pequeña de la familía, Pecola, una niña de once años a la que nunca le han prestado atención ni dado el cuidado ni el amor que necesitaba. Para ella todo sería diferente si en vez de ser negra, y por lo tanto fea , pudiese tener ojoz azules como las bonitas muñecas que ve en los escaparates y las dos niñas que en aquella época represantaban los canones de belleza perfecta para ella, y que podía ver en su taza de Shirley Temple y en los caramelos de Mary Jane. Por supuesto ambas eran blancas.
Pecola piensa que unos ojos azules le proporcinarian todo aquello que necesita para ser aceptada por los que la quieren y la sociedad en general y reza todas las noches para que Dios se los conceda .
El tema del racismo está muy presente en la novela, y Toni Morrison consigue hacernos sentir hasta que punto es injusto que esta niña no pueda ser feliz por el simple hecho de que por ser negra es fea.

El cuento de la criada, de Margaret Atwood


El cuento de la criada, una de las novelas más célebres y prestigiosas de Margaret Atwood, constituye una mirada futurista a una sociedad totalitaria. Una mirada terrible y lúcida que denuncia la barbarie que pueden llegar a alcanzar los puritanismos extremos de toda índole, con sus ansias de dominio sobre los seres humanos, a los que privan del ejercicio del derecho a la libertad.


«Debemos recordar que no hay nada nuevo en la sociedad descrita en El cuento de la criada, excepto el tiempo y el lugar. Todo aquello acerca de lo que he escrito se ha hecho anteriormente, y más de una vez», ha escrito la propia Margaret Atwood, galardonada con el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2008. Harold Bloom incluye una de sus novelas en su famoso canon.


Sinopsis


En el estado de Gilead las criadas forman un estrato social pensado para conservar la especie. Las mujeres fértiles que integran esta clase, y que destacan por el hábito rojo con que se cubren hasta las manos, desempeñan una función esencial: dar a luz a los futuros ciudadanos de Gilead. Sin embargo, en un mundo antiutópico asolado por las guerras nucleares, gobernado por un código extremadamente severo y puritano, que castiga con la pena de muerte a quien se aparta del sistema y en el cual la mayoría de la población es estéril, engendrar no resulta fácil. Existe siempre el temor al fracaso y la amenaza de la confinación en la isla de seres inservibles más allá de las alambradas que rodean la ciudad y del alto muro donde cuelgan, para que sirva de ejemplo, los cadáveres de los disidentes. El cuento de la criada es el testimonio de una de esas "figuras de rojo" que deambulan por Gilead. Defred rememora fragmentos de su pasado en lo que fue Estados Unidos, observa el presente y a los individuos que la rodean, y conserva aún las cenizas incandescentes de la rebeldía en su mente y del deseo en su cuerpo.