lunes, 2 de marzo de 2009

Todo fluye, de Vasili Grossman

He empezado Todo fluye. Y he encontrado este estupendo comentario sobre Vida y Destino

Del escritorio de Guillermo Urbizu:
El último libro que escribió esa especie de Dostoievski del siglo XX ruso que es Vasili Grossman es iluminador pero también lacerante. Todo fluye -editado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores- no es propiamente una novela. Es más un reportaje desde la entraña misma del sufrimiento, un estudio del alma rusa y un análisis certero sobre Lenin y Stalin, sobre esa dictadura del proletariado que asesinaba a discreción. Todo, claro, por el paraíso marxista. El libro es una radiografía del terror y del miedo, y de la sinrazón.Todo comienza con la historia de Iván Grigórievich. Con su regreso a Moscú después de 30 años en cárceles y campos penitenciarios. Vuelve como un espectro, un viejo lleno de arrugas y canas. La vida ha seguido su curso. Su primo Nicolai, biólogo, ha preferido no ver y ha prosperado. Y su mala conciencia intenta justificarse (“era insoportable tener sobre su conciencia tantos años de infame sumisión”), como otros, en ese mundo paranoico repleto de delatores. Y Ania Zamkovskaya -el amor de su vida- se ha casado con otra persona…Iván viaja a Leningrado, donde ella vive. Y ve su ventana. Y nada más. Deambula por las calles de su juventud, recuerda, reflexiona. Se topa con el que le denunció. Pero no desprecia. Es cansancio lo que siente, e impotencia. Por momentos añora el orden de los campos de internamiento, y revive su infancia (“tontito mío -le dijo un día su madre-, qué difícil te resultará vivir con un corazón tan sensible, tan vulnerable”) y se pregunta por el sentido de su vida. “No hay en el mundo objetivo por el cual se pueda sacrificar la libertad del hombre”.Todo fluye es una historia con una clara intención moral sobre la Revolución y estalinización y... El poder absoluto se ha podrido en un cúmulo de insensatez y gusanos. El Estado es un fin en si mismo, donde nadie está seguro de nada, donde campan a su antojo funcionarios y chivatos. El análisis que Grossman hace de Lenin y Stalin casi en las últimas páginas es de lo más sagaz.La vida de Iván Grigórievich, después de tanto dolor, es en definitiva un regreso al amor de su familia y de Ania. O a su nostalgia. Sin hacer nunca dejación de su pasión por la libertad. Todo el libro es un canto a la libertad. La libertad es su esperanza. "A Iván Grigórievich no le sorprendía que la palabra 'libertad' estuviese en sus labios cuando, de estudiante, fue a parar a Siberia, que la palabra viviese en él y que ahora tampoco hubiese desaparecido de su cabeza".
La fuerza narrativa de Vasili Grossman es impresionante. Todo fluye no es, desde luego, Vida y destino, pero la complementa con eficacia.

1 comentario:

Pilu dijo...

Te recomiendo "Vida y destino" si no lo has leído. Es magnífico. ¡Feliz año!